Cultura Crónica:
Domingo Logiurato es un hombre multifacético: comerciante, padre de familia, ciclista apasionado y, sobre todo, un amante devoto del tango y la milonga. Para Domingo, el tango no es solo un género musical, sino una forma de vida, una pasión que ha moldeado su existencia y le ha dado un propósito más allá de sus obligaciones cotidianas.
Desde sus primeras incursiones en el mundo del tango, Domingo ha compartido escenarios con grandes figuras del género como Juan Gutiérrez, Julio Favre, Heraldo Roland, Teresita Godoy, Fernando “Pomo” Vera, Carlos “Caco” Pauletti, Luis Castro, y Gastón Ruiz. Cada presentación es una celebración de su amor por esta música que, según él, “le habla al alma y al corazón”.
Su travesía tanguera lo ha llevado a brillar en diversos escenarios de Uruguay y Argentina. En Paysandú, Tacuarembó, Montevideo y Buenos Aires, Domingo ha dejado su impronta, demostrando que el tango es un lenguaje universal que trasciende fronteras. En Tacuarembó, su talento fue reconocido al ubicarse entre los primeros lugares en el prestigioso concurso “Vení a cantarle a Gardel”, un logro que reafirmó su capacidad y dedicación.
En Montevideo, Domingo alcanzó uno de sus más grandes logros al ganar el Certamen de Canto y Autores Uruguayos, representando (posteriormente) a la sede uruguaya en el Festival Tango Boedo 2024. Este triunfo no solo consolidó su carrera, sino que le abrió las puertas para representar a Uruguay en Buenos Aires como invitado de honor del mismo festival.
Actualmente, Domingo está presentando un ciclo virtual en sus redes sociales denominado “Tangos con nombre de mujer”. En esta serie, rinde homenaje a las mujeres que han sido inspiración y protagonistas en el mundo del tango, explorando las historias detrás de cada canción y conectando con su audiencia de una manera íntima y personal.
Para Domingo, cada nota y cada palabra cantada son un tributo a sus raíces y a las historias que han definido su vida. El tango le permite conectar con su público de una manera íntima y profunda, compartiendo con ellos las alegrías, penas y nostalgias que caracterizan este género musical. La motivación de Domingo para cantar tango proviene de su deseo de mantener viva esta rica tradición cultural y de transmitir su esencia a las nuevas generaciones.
Domingo Logiurato no solo canta tango; él vive y respira tango. Su voz, cargada de emoción y autenticidad, es un puente entre el pasado y el presente, un recordatorio de que la música puede ser una poderosa herramienta para unir corazones y contar historias que resuenan a través del tiempo. Para Domingo, el tango es su refugio, su pasión y su legado.
ECO Cultura Paysandú