“Creo que la gestión de Cultura en Paysandú está bastante venida a menos. No hay espacios culturales democráticos donde todo el pueblo pueda ir, hay espacios culturales muy selectivos, hay amiguismo y esto implica que mucha gente, muchos artistas sanduceros y sanduceras no hayan sido tenidos en cuenta por esta administración y cuando digo esta administración quiero ser clara: hablo del doctor Nicolás Olivera, que es el gran responsable, del doctor Fermín Farinha, que es de quien depende administrativamente la Dirección Departamental de Cultura, y del señor Eugenio Pozzolo”, opinó la edil Mabel De Agostini.
“Yo la definiría como una cultura selectiva, magra, llena de amiguismo, elitista”, enfatizó la conocida educadora y denunció la situación que sufren “algunos grandes artistas sanduceros que no pudieron trabajar con esta administración” por situaciones que en principio no aparecen con claridad y que llevan a pensar en cuestiones político partidarias.
Sostuvo una mirada crítica de la gestión de Pozzolo, a pesar de que para las autoridades de la comuna es “el mejor director del gobierno”, y, entre aspectos de esa actividad que considera deficitaria, señaló “los grandes problemas internos que se generaron en el área de Cultura que todavía no están resueltos”, citando como ejemplo más notorio el conflicto por la organización del carnaval.
¿En qué condiciones funciona la tanguería en el Gobbi?
La integrante de la Comisión de Cultura de la Junta Departamental “quisiera tener más respuestas, más concretas” sobre las condiciones en las que se desarrolla una actividad denominada tanguería que tiene como sede el Espacio Cultura Gobbi. Entre los aspectos que generan dudas citó el referido al destino de ciertos recursos que se generarían con el cobro de entradas y una cantina así como no se conoce con claridad quien o quienes gestionan el sitio y cómo llegaron a recibir tal encargo.
“Se han presentado varios pedidos de informes sobre eso pero no los responden”, agregó. “No me gustan dar respuestas cuando no sé, en cuanto a qué se hace con el dinero del tango”, dijo la edil ante el requerimiento de 20once pero sí dijo conocer “que con el tema del tango han tenido grandes problemas” y entre ellos apuntó algunos surgidos por el rechazo “de algunos buenos bailarines que se terminaron yendo porque los querían hacer militar en política”.
El alquiler de salas para sanduceros
De Agostini tampoco ha conseguido información sobre la medida, implementando este año, consistente en ya no ceder de manera gratuita para gestores culturales locales los escenarios de gestión pública de la ciudad, básicamente se trata del Teatro Florencio Sánchez y el Gobbi.
Esos aportes, que se sostuvieron hasta el año anterior, resultaban un impulso de valor fundamental para quienes promueven acciones culturales dado que minimizaban considerablemente los costos fijos. La educadora se enteró que el alquiler del teatro rondaría los 50.000 pesos y tiene “un caso bien fresquito del Gobbi” que surgió de la experiencia de los artistas “que lo tramitaron para un espectáculo que se llama ‘Por amor al tango’ y le pidieron 23.000 pesos. Así como les sucedió a ellos, que no pudieron contratar porque no cubrieron ese presupuesto, le pasará a muchos otras personas que tienen ganas de hacer cosas en beneficio de la cultura pero que tienen ahí una traba muy grande”, lamentó.
Casi 30 pedidos de informe sin respuesta
La legisladora departamental por la Vertiente Artiguista (Frente Amplio) informó que unos 30 pedidos de informes de los que presentó a la Dirección de Cultura no han recibido respuesta, y, en general están con los plazos vencidos. Aunque ante algunas de las pocas contestaciones obtenidas “hubiese sido mejor que no me respondiera porque cuando comencé a leer era como si me estuviera tomando el pelo”. Es el caso de un pedido para conocer la ubicación y condiciones “del bendito Bibliobus”, “que nosotros habíamos dejado intacto al final del gobierno anterior, completo, con todo, armado”, que no arrojó nada concreto.
De Agostini observó que esa menguada respuesta llegó “a los dos o tres días” de una reunión que mantuvo con el secretario general de la comuna, funcionario que manifestó en ese ámbito “que el director de Cultura es el mejor director que tiene el gobierno”.
Entre las acciones a las que el director Pozzolo “no les da bolilla” la edil citó las biblioheladeras que se constituyen en una buena herramienta para promover la lectura, para descentralizar cultura, y que han logrado constituir una red departamental muy considerable. Según la concepción de Cultura del gobierno “lee quien puede ir a la biblioteca y el que no puede ir, no lee. Eso no es una política de cultura y se lo discuto a cualquiera”, aseveró. Contrastó esa posición departamental que “ningunea” la actividad con la actitud del ministro de Educación y Cultura que “declaró a las biblioheladeras de interés ministerial”, esa consideración destrabó el proceso en la Junta “que también las declaró de interés departamental”.
“Con hambre y frío nadie aprende”
De Agostini reconoce que la defensa de la cultura implica “lucha, especialmente en estos tiempos tan difíciles”, cuando buena parte de la población tiene como preocupación central la búsqueda de la atención de las necesidades básicas y ante gobiernos que se muestran insensibles ante estos asuntos.
“En este momento la gente tiene tantas preocupaciones; el hambre, en primer lugar, el frío que están pasando muchos, la falta de trabajo, una educación que por más que quieran disimularlo no es la misma, se ha derrumbado, que no es capaz de alimentar mínimamente a los gurises y la verdad es que con hambre nadie aprende con frío tampoco, eso así”, sostuvo y exhortó a “no invisibilizar la pobreza porque eso es un problema cultural, la cultura atraviesa todo. Si yo veo a una persona durmiendo al frio, en el suelo, tapado con una mantita y unos cartones y no soy capaz de preguntarle qué le pasó eso es naturalizar, eso es cultural”, reflexionó.