Escribe: Juan Andrés Pardo
En este segundo informe previo a la Elección Interna, nos referiremos a las expectativas y desafíos que los partidos pueden tener con respecto al inicio y desarrollo del ciclo electoral 2024-25 en Paysandú. Para abarcar este análisis, nos centraremos en datos oficiales de las elecciones internas (1999, 2004, 2009, 2014 y 2019) y en las encuestas de opinión pública que se han realizado hasta el momento.
En la arena departamental: los blancos fuertes
Según encuesta de CIFRA presentada en febrero de este año, el Partido Nacional se encuentra mejor posicionado de cara a la elección departamental de 2025.
El PN encabeza las preferencias con el 58%, seguido por el Frente Amplio con el 27% y “otros partidos de la coalición” el 7%. El 8% restante “no sabe o no votaría” en la elección a intendente. Otro dato que resalta en esta consigna es que el 58% que elige al Partido Nacional se compone por un 34% que manifiesta que quiere que se “continúen políticas” actuales y un 24% que también votaría a un candidato blanco a la Intendencia pero que “cambie políticas”.
El informe señala también que, respecto a la visión de la ciudadanía sobre los posibles candidatos, Olivera alcanza un 62% de simpatía dentro del electorado sanducero, mientras que Larrañaga Vidal llega al 40%. El intendente y el joven dirigente se encuentran en la cima de las preferencias, por encima de Daniel Arcieri (29%), Marcelo Tortorella (27%) y Nancy Núñez (22%).
En cuanto a las antipatías, Tortorella encabeza la lista con un 43% seguido por Arcieri que llega al 35%. Olivera despierta antipatía en el 26% del electorado sanducero, mientras que Larrañaga Vidal y Núñez cierran la lista con el 20% de antipatía. En el caso de Núñez hay un 42% del electorado que expresa no conocerla.
El saldo neto de la simpatía arroja entonces que el intendente tiene +36 y el segundo +20. En tercer lugar queda Nancy Núñez con +2 y el resto de dirigentes ni siquiera logran un saldo positivo: Arcieri tiene -6 y Tortorella -16.
Con respecto a la Elección Interna, hay gente que se pregunta o cuestiona la campaña de los blancos en la medida que algunos candidatos ya mencionan en sus publicidades sus candidaturas a la Intendencia (como es el caso de Olivera). Lo cierto es que en la práctica en sí, si bien no se elige Intendente en esta instancia, indirectamente aquí se obtienen los votos necesarios para poder oficializar los nombres de los candidatos en su aspiración al sillón de Intendente.
En este sentido, los candidatos posibles para el sillón municipal serían: Nicolás Olivera, quien a la postre es el que cuenta con las mejores chances para ser reelecto; en segundo lugar Larrañaga Vidal, que posiblemente recoja buen caudal de votos sobre todo en el interior departamental, siendo que muchos de esos votos corresponden a ciudadanos que votaron en su momento por Mario Bandera. El interior en la elección de mayo 2020, Bandera recogió importante adhesión que posiblemente hoy concentre Larrañaga Vidal. El eventual tercer candidato (o candidata) a priori sería una incógnita.
A nivel departamental, en el Partido Nacional Nicolás Olivera aparece en el escrutinio parcial como el único candidato que por sí mismo alcanzó el 33% de los votos para ser proclamado candidato a Intendente por la Convención. Mario Bandera quedó en segundo lugar y Bertil Bentos en tercero, por lo que debieron recurrir a acuerdos con otros sectores para alcanzar las candidaturas.
El PN a diferencia del FA a nivel local, ha mostrado mayores señales de recambio de cuadros. Tanto a nivel de cargos jerárquicos de orden nacional como departamental, han surgido candidaturas jóvenes con aparente interés en proyectarse hacia el futuro del partido.
Por otro lado, el Frente Amplio en este aspecto brinda una ventaja a sus oponentes en lo que tiene que ver con la elección departamental. El FA no elige a sus candidatos a intendente por miembros del Órgano Deliberativo Departamental. Tradicionalmente dicha elección se realiza a través de Plenarios de la fuerza política. Por tanto, blancos y colorados realizan una apuesta fuerte en esta Elección Interna, porque aquí es donde juegan sus posibilidades de cara a las departamentales 2025. Si bien en esta ocasión el Plenario del FA definirá los nombres en septiembre (y no en diciembre como ha sido históricamente), los blancos y colorados los definen a partir de esta elección. Es decir, el tiempo en campaña hacia las Intendencias, para blancos y colorados es mayor que para el Frente Amplio.
El Frente Amplio conocerá sus candidatos a la Intendencia recién en septiembre. Entre los nombres posibles que se han señalado en los últimos meses, se encuentran el del ex Intendente Guillermo Caraballo, Mario Díaz, Julio Norte, Natalia Martínez, María Inés Firpo. Por otro lado, quien fuera el primer intendente sanducero de la coalición de izquierda, Julio “Nino” Pintos, vuelve a la militancia sectorial a través de la lista 76 que apoya a Orsi y encabeza Alvaro García a nivel nacional. Si bien no define nada la elección del Órgano Deliberativo Departamental para el FA, el peso electoral que cada sublema tenga en la misma sin dudas podrá tener relevancia para medir fuerzas de cara a las designaciones que luego se hagan.
El Frente Amplio domina en la arena nacional
Según encuesta realizada por la consultora Ágora, presentada en abril de este año, de cara a la elección de octubre, en Paysandú el FA tiene una intención de voto del 36% y el PN 31%. El escenario es similar a los resultados oficiales de 2019. El caso más distanciado de su anterior votación en 2019 es el del Partido Colorado que obtuvo más del 13% de los votos en aquel momento y hoy aparece con un 7% de la intención de voto.
En el escenario nacional, desde que se desarrollaron las primeras elecciones nacionales separadas de las departamentales, el Frente ha logrado ser la primera fuerza política con excepción de 2004 cuando paradójicamente el Frente ganó en primera vuelta, pero Larrañaga fue el candidato a Presidente por el Partido Nacional (el peso del liderazgo local). Otro desempeño muy diferente ha tenido el FA en las elecciones departamentales, donde al momento sólo en dos ocasiones logró triunfar (2005 y 2015).
A priori, el desafío para la fuerza de izquierda parece ser el de lograr mejorar la votación de la elección 2019, donde obtuvo la votación más magra de su historia en esta contienda. No solo a nivel de Paysandú sino también a nivel nacional. Ese objetivo puede significar de gran relevancia en su objetivo por recuperar el gobierno nacional en la elección de octubre o eventual balotaje en noviembre, ya que podría llegar a ser un efecto que contagie al entusiasmo de su militancia.
En cuanto al Partido Colorado, está relegado al tercer puesto en todos los departamentos -con excepción de Rivera- y su participación es más testimonial y parece estar más pensada en aspirar a gobiernos de coalición o generar alianzas posibles en caso de reelección del Partido Nacional.
Por último, Cabildo Abierto, según indican las encuestas, tendrá una votación tendiente a la baja a nivel nacional.
A manera de conclusión…
Hay una característica clave de cada elección, y la Interna en este sentido es m la importancia de los liderazgos en las mismas.Hablamos de liderazgos de relevancia nacional pero sobre todo los del nivel local. No debemos obviar que a partir de la reforma de 1997, la separación en el tiempo de la contienda departamental les aporta otra relevancia a las figuras locales. A manera de ejemplo: en 1989, varios gobiernos departamentales que estaban en manos del Partido Colorado y que contaban con buena aprobación popular, fueron derrotados por candidatos del Partido Nacional, que logró un efecto arrastre en el marco del viejo sistema electoral donde se elegían todas las autoridades (nacionales, departamentales y locales) en un mismo acto.
La separación de la elección nacional con lo departamental marca claramente la incidencia de los liderazgos nacionales y locales. Mientras en el primer caso, la ciudadanía suele priorizar entre las figuras de los candidatos a Presidente, en el segundo caso, resulta clave la presencia de las figuras locales.
Otro elemento que debe tenerse en cuenta es la característica de cada elección. Si uno observa el desempeño electoral entre las nacionales y las departamentales (con algunas excepciones como Montevideo, Salto y Canelones) ha habido un trasiego de votos (desde el FA al PN) muy importantes entre una y otra instancia.
Luego de esta instancia, con el correr de los días, comenzarán a surgir datos y números que seguramente nos permitirán avanzar en un análisis más certero de cara a lo que vendrá en octubre y lo que pueda ocurrir también en las departamentales del venidero año.