Mag. Juan Andrés Pardo
Según CERES, el turismo aporta un 5,4% al PBI del país. Años atrás, allá por 2017, logró
una cifra récord de 8,5% en lo que ha sido al momento el año récord en cantidad de
visitantes recibidos por Uruguay. El turismo genera empleo, eso es un dato muy relevante, significando un 6% de la mano de obra activa del país, unos 100 mil puestos laborales. Otra consideración relevante es que el derecho al turismo, el descanso y el ocio, es también un Derecho Humano. En esta fecha tan especial, debemos tener en cuenta estos aspectos y desde estas líneas pregonamos en especial por un desarrollo estratégico e inclusivo para el sector. Creemos que Uruguay necesita volver a apostar a planes de mediano y largo plazo en turismo.
Hablamos de una actividad que es muy dinámica y que implica gestión constante, porque las tendencias de los turistas cambian de forma muy acelerada y porque se requiere innovación para poder seguir compitiendo con otros tantos destinos regionales y mundiales. Por otra parte, el país necesita también volver a apostar por programas de turismo social, que faciliten a miles de uruguayos de todos los estratos sociales, poder disfrutar del ocio, experimentando actividades a lo largo y ancho del territorio nacional, como se hizo en periodos anteriores.
Hoy el país y la región específicamente, navegan a la deriva. En lo que respecta al litoral, es evidente que no existe brújula. La interesante experiencia del Corredor Pájaros Pintados fue descartada por las actuales autoridades del MINTUR (dando paso a caminos de incertidumbre) y desde los gobiernos departamentales de esta zona del Uruguay, tampoco parece existir rumbo claro.
Quizás el Corredor no era el mejor plan, pero sí implicaba gestión y estrategia y sobre todo procesos constructivos y colectivos en los cuales participaban actores públicos y privados. Hoy no existen planes. Mucho menos procesos colectivos.
Uruguay y en especial nuestra región, cuentan con un gran potencial para desarrollar
mejoras en la calidad de experiencias para vivir en nuestros destinos y también apuntar a la profesionalización del sector. Tenemos nuestro producto estrella (las termas) el que
debemos complementar y enriquecer con nuevos servicios y atractivos que permitan
potenciar al Destino Termas, más allá del agua termal.
Contamos también con posibilidades de formación técnica y profesional en la región, este no es un dato menor. Es decir, la materia prima fundamental, está. Será cuestión de poner brújula y, con convicción, volver a activar procesos colectivos que nos permitan llegar a mejor puerto.