En mayo se cumplirán 30 años del emprendimiento familiar de Luis Moreira y su esposa Yanela.
Uno de los secretos para la permanencia seguramente sea que sea el propio Luis es el pizzero y en algunas oportunidades su hijo Juan ha colaborado. También los otros hijos Ana Paula y Patricio han trabajado en un emprendimiento que comenzó siendo familiar.
En la charla matinal con 20Once nos cuenta que la calidad y el sabor son inalterables al punto que Luis confiesa que la de hoy “es la misma pizza que hicimos al principio”.
“Las cosas te eligen no se me ocurrió, estaba el horno que habíamos comprado con Yanela y empezamos a hacer minifacturas” dispara, antes de empezar a hacer pizzas. También la madre de Yanela, “Chela” fue importante en el proceso y lo acompañó por muchos años.
“Era una salida económica. Nosotros vivíamos al lado. Este local estaba libre y lo acondicionamos” añade y no lo soltaron más porque los resultados están a la vista.
El Paysandú de los ’90 y el récord de las 223 pizzas en una noche
A mediados de los ´90 en Paysandú había pocas pizzerías, El Metro, Shangrilá, La Cascada y no muchas más.
Tiempos sin internet, sin celulares, sin delivery lo que obligaba a la gente a ir a comprar o ir a cenar. “Fue un fenómeno raro”.
En todo ese año inicial recuerda que toda la calle -Silván Fernández- “estaban llenas de autos esperando por la pizza. Hoy eso no funcionaría porque la gente no esperaría”.
El pequeño horno a gas solo tenía espacio para cinco pizzas. Así fueron los inicios.
Comparte que un sábado se vendieron 223 pizzas lo que fue un récord por aquel entonces.
Se trabaja y mucho
Al contrario de los que muchos pueden pensar, el trabajo es realmente agotador, lo fue y lo es. “Desde las 6 de la mañana a la 6 de la tarde elaboramos pizza, luego limpiamos y después abrimos el negocio”.
“A mí me sorprendió el resultado y como se fue corriendo la voz, no hice propaganda y la gente venía y esperaba”.
El primer horno duró unos meses hasta que la capacidad aumentó para comprar un horno de mayor tamaño, para 9 pizzas.
También tuvo su tiempo de duración y fue en 2002 que hicimos un horno a leña. Y entonces vino el horno a leña…los vaivenes marcaban que bajó un poco la venta y después hubo recuperación. La crisis golpeó.
La crisis golpea
En el 2002 probaron hacer empanadas, un producto que hoy es muy requerido.
Luis destaca que quienes han trabajado siempre ha sido gente conocida.
Pero aquel año fue durísimo, de pasar a vender 200 pizzas se pasó a vender no mucho más de 10. Fue tremendo.
Como todo, luego vino la recuperación.
Luis responde a una frase trillada, repetida por la gente que no es verdadera. “La comida se vende siempre” pero aclara y no sin razón, “este no es un producto de primera necesidad” por lo que está sujeto a los vaivenes de la economía.
Los factores externos también influyen como lo son la situación cambiaria con Argentina y también la pandemia del covid, en un caso desfavorablemente y en el otro favorablemente.
Pizza “hasta en los kioscos”
“Cuando me compré el primer auto que habrá sido allá por el ‘97 o ´98 allí empezaron a vender pizzas hasta en los kioscos. Mucha gente quedó sin trabajo y perdió todo, quedó endeudada”.
El trabajo no es moco e´ pavo
“La gente me ve de tarde, y me dice, -¿vos venís de tardecita? Un día de trabajo para mí son unas 15 horas entre las compras, la elaboración, limpieza, cortar el fiambre, la muzzarella, el pan de sándwich. Para que funcione esto te absorbe, te lleva mucho tiempo”.
Las exquisitas empanadas, de probada calidad
Las empanadas que podríamos llamar extra large tienen mucho relleno, realmente te “llenan” y sugerimos probarlas.
La elaboración de las mismas comenzó porque de alguna forma sobraba relleno cuando se hacían las pizzas, concretamente queso que sí servía para el relleno de las empanadas.
Hoy en día la venta es muy buena al punto que se venden tan bien las “empanadotas” como las pizzas.
Ingredientes de calidad
Los ingredientes que se usan son de primerísima calidad. Y allí está otra de las claves de la permanencia del negocio. No hay secretos, siempre hay menos competencia cuando uno hace las cosas bien.
“Los productos que yo podría conseguir en cuanto materias primas podrían ser más baratos pero el resultado no sería el mismo, incluso el queso muzzarella tiene una vida útil, si tiene más de un mes ya no es lo mismo, si pasa el mes se deteriora, se degrada, no rinde de la misma manera”. Además hay quesos muzzarellas de más y de menos calidad, se elige el mejor.
La harina es fundamental al igual que la pulpa de tomate, además nos cuenta que se utiliza jamón no paleta.
Cambia, todo cambia. Llega el delivery y rompe con todo
Allá por el ’97 se comienzan a ver los primeros servicios de entrega a domicilio, conocido popularmente como delivery.
“Empezamos con un repartidor para probar y el primer día estuvimos repartiendo hasta las 3 de la mañana. Hoy en día no te esperan ni 40 minutos”.
Hoy la venta sería inviable sin el servicio de delivery.
Si bien el producto no llega en las mismas condiciones que si lo vas a buscar, la gente se acostumbró a esta modalidad, la comodidad de esperar la comida en el hogar.
De todas parte vienen los orientales y los no orientales
Las anécdotas se cuentan por decenas. Y los halagos suelen venir de otras partes también.
Hay una familia de Montevideo que esperaba que llegue la semana de turismo para venir a Paysandú para aprovechar degustar la pizza de Luis.
En el hoy desaparecido hotel Mykonos un francés se hospedaba y el trabajador le recomendó Pizza Luis “y le llevamos media pizza, dijo que fue la mejor pizza que comió en su vida”.
Otra nota de color lo constituyen aquellas familias que venían en los comienzos y hoy quienes piden son los hijos que cuando pequeños se sentaban en el mostrador.
Luis relata que hay quienes afirman que la salida familiar era salir a comprar una pizza los sábados.
También un Ingeniero que venía a hacer un tratamiento a Comepa desde otro departamento fue sugerido de comprar la pizza y dijo que fue la mejor que ha degustado.
No alcanza con el amor
Moreira considera que “el producto es bueno sino no hubiera durado 30 años, no es solo ponerle amor a la comida, yo le pongo responsabilidad, sobretodo porque no es para mí. Yo no hago nada a ojo, peso todos los días los ingredientes”.
En la charla surgen ideas pensando en Paysandú, podríamos tener una fiesta o encuentro vinculado a las empanadas y a las pizzas.
Recuerda Luis que “gerentes de bancos me ofrecían crédito para ampliarme. Yo estoy agradecido de no haberme agrandado, no hubiera podido manejar mucha gente”.
Camino a los 30 años, un emprendimiento sanducero que ha permanecido, que saludamos y auguramos larga vida!!