BARTIMEO SOMOS TODOS

Partiendo de la realidad en que dejan a Paysandú

Bartimeo es ese ciego – que según la cita bíblica- está sentado al borde del camino. Por eso hago referencia a él. Solamente por eso, sin ningún matiz religioso.

Mi punto de partida, es él, porque  refleja, como en un espejo, la situación de marginación en que viven tantas personas y sectores sociales hoy en Paysandú. También países enteros, marcados por la pobreza y la indigencia.

Este mendigo tiene nombre, se sabe cómo se llama; como se sabe también quiénes son los marginados en esta sociedad sanducera: los pobres que están en las puertas de nuestros templos, o un poco más allá revolviendo los contenedores, los que duermen en la calle, los excluidos de los bienes de producción, los que están sin trabajo, los que cargan con deudas impagables, los que sufren una enfermedad que nadie quiso para ellos y que les llegó mezclada con la vida misma, la niñez vulnerada en su máxima expresión, la diversidad sexual perseguida, los que resisten acosos por miedo a…etc.                                                                                                                 Se sabe  también por qué quedaron en esa situación, porque nadie eligió vivir así, condenarse  a vivir en la miseria, a ser diezmados por las hambrunas y las enfermedades; como también se sabe también quiénes son los desplazados por las guerras, los refugiados sin patria, los “crucificados” de siempre.

¡Estamos ante una sociedad  donde hay tantos ciegos “Bartimeos”, que no pueden ver el despertar de un amanecer diferente para sus vidas, porque están desesperanzados, porque han sufrido la discriminación, el hambre por desempleo y la soberbia de un gobierno, que cortó muchas cintas pero que se olvidó de humanizarse y  sensibilizarse frente a las desigualdades.

Un gobierno  departamental que como en espejo con el nacional, dio vuelta la cara a la hora de ofrecer igualdad de oportunidades, que prometió trabajo y solo hizo favores políticos-electorales, y que  derrochó dineros públicos- entiéndase del pueblo- contratando técnicos de otras latitudes. Que no usó el dinero que el Fideicomiso II destinaba para generar mano de obra sanducera. Un gobierno que tercerizó con una fundación amiga  y transó la precarización del trabajo, que descuidó la primera infancia desconociendo la política pública de INAU, para evadir  impuestos.

¡Hay tantos ciegos “Bartimeos” que aún no han despertado por razones culturales y sociales, de la burla de la que fueron víctimas! Otros están despertando, porque se han quedado hasta sin atención en salud, derecho inalienable, con el cerramiento de policlinicas y la falta de medicamentos.

El llamado que hago es que – muchas veces- nosotros mismos, somos Bartimeo, cuando nos quedamos al costado del camino mirando, pero sin actuar, sin integrarnos, sin participar activamente, quejándonos pero sin generar acciones sociales y políticas de cambio, con la realización de un proyecto de vida comunitaria más digno y humano para nuestra comunidad sanducera y para el Uruguay. Para llegar a parecernos a un final feliz de un cuento, de una historia, o por qué no de una fábula: recuerden que  “la liebre – tan rápida y soberbia-  no pudo con la perseverancia de la tortuga”. Nada es imposible, si hay voluntad politica de cambio.

Hay caminos que se recorren con el espíritu y con el alma, antes que con los pies. Para eso tenemos que ser cada vez menos “los Bartimeos”. Debemos ayudar a despertarlos, pero también nosotros,  abrir los ojos y  los oídos atentamente para ver y escuchar a los que sufren, a los maltratados, a los que son víctimas del egoísmo humano, a los que están oprimidos por la angustia.

Soñar esta reconstrucción de nuestra comunidad ha sido siempre el gran objetivo de nuestra fuerza política: siendo o no siendo gobierno: la justicia social como bandera. Sentirnos sacudidos por los gritos que nos llegan desde la realidad, es nuestra tarea permanente, desde todo lugar donde haya un frenteamplista.

El 1 de marzo de 2025- dentro de muy poquitos días- se nos allana el camino que hemos sufrido durante 5 años, en lo nacional.

Mayo está muy cerca, Será tiempo de militar, de estar puerta a puerta, de conversar, de recoger planteos y propuestas de vecinos y vecinas. De caminar y caminar sin más libreto que la honestidad, la lealtad y el respeto a los derechos individuales y colectivos.

Depende de nosotros que en Paysandú, “los Bartimeos” despierten a la esperanza en una vida más digna.

 

Maestra Mabel De Agostini Pinna

Edila FA/ VA

 

 

      

 

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