(Abordando eso gris, que parece la teoría).
A raíz de lo que aparece como una gran estafa producida con los negocios de Conexión Ganadera, – hay empresas similares – ha surgido la idea de resarcir las pérdidas de los dignificados, con fondos del Estado.
No se trata de obreros y sus familias que por el retiro de una multinacional quedan a la intemperie, se trata de gente que confió sus ahorros a una inversión que prometía un ingreso más que alentador.
Cuando esto ocurrió a nivel bancario, por iniciativa del gremio bancario, se crearon instrumentos que permiten un mayor control, no el control total pues los bancos como instrumentos de las multinacionales tienen medios de manejar negocios que no siempre son registrados a nivel de los controles estatales.
En el caso de los negocios como este que estamos analizando el tema es mucho más complejo, pues un control del Estado supondría una intervención en el desarrollo del negocio mismo, situación que los capitalistas a nivel privado rechazan. Es lógico pensar –Panamá – que el control debería ser universal, siendo inocuo solo a nivel nacional.
El problema para la sociedad se produce cuando hay una estafa y existe la pretensión de que el Estado acuda con sus fondos a asistir a los dignificados.
No estamos analizando aquí la estafa en sí y las medidas que a nivel de la justicia deben tomarse, estamos analizando que puede hacer el Estado para paliar los daños o que legislación debería construirse para que estos hechos no se produjeran en el futuro. Sabiendo de antemano que el negocio capitalista rechaza todo tipo de controles, por eso la humanidad –sus sectores dominantes- no ha podido –o no ha querido- aun meter mano a los paraísos fiscales y todo lo que ello significa para el mundo.
¿De dónde provienen los fondos del Estado en este mundo capitalista?, acá una diferencia; en los otrora imperialismos, en el manejo de la moneda y los presupuestos de guerras, sin desconocer que a la población en general también se le aplican cargas impositivas.
En los Estados como el nuestros, de los impuestos que se nos cobran como pobres desgraciados, que no tenemos más remedio que pagarlos, como el IVA, en los sueldos y en las pensiones. Con la posibilidad además de ajustar los ingresos con el manejo de la moneda cuando aparece eso que los sesudos economistas llaman “atraso cambiario”.
A que vamos con este razonamiento: a la necesidad de medidas universales, como la unidad monetaria única y que los impuestos se apliquen sobre el giro del dinero.
Resarcir a un damnificado por una estafa ganadera con fondos provenientes del IVA que pagamos o de los impuestos a sueldos y pensiones parece a todas luces injusto e inhumano. Esto nos lleva a algo más profundo que la sociedad debe analizar que es la necesidad de construir un mundo mejor abordando temas como los impuestos aplicados sobre la circulación del dinero y la moneda con un único valor ecuménico.
No hay necesidad de intervenir sobre los negocios privados, pero las transacciones para ser válidas deberían estar registradas ante los instrumentos que la sociedad democráticamente determine. Los impuestos entonces se podrían aplicar sobre el giro del dinero, dando muerte así a los paraísos fiscales y a los sistemas impositivos basados en el consumo, los salarios y las pensiones.
Los fundamentalistas de la “ortodoxia” marxista, nos dirían el Estado debería controlar todo. Con Marx, con Engels, con Lenin, y acá en el Uruguay con Batlle y Quijano, afirmamos que ese nunca fue el camino.
El Estado “escudo de los débiles”, tiene una etapa y un rol concreto atendiendo primero que nada la salud y la enseñanza, luego si ello fuera posible la vivienda y el trabajo.
Ahora el desarrollo general de la economía responde a reglas universales que tiene que ver con la moneda y los impuestos aplicados con un criterio universal.
No nos parece mal que haya organismos nacionales que adviertan a la sociedad sobre fenómenos como este que estamos analizando, sabiendo que ello nos llevaría a analizar qué pasa con el conjunto de los capitales financieros que se mueven en el mercado. Sabemos que los grandes agentes del capitalismo eso lo rechazan, los organismos financieros internacionales aún no piensan en ello, pues su objetivo es que los grandes capitales no pierdan “rentabilidad” en un mundo que en forma inexorable tiende a agostarla.
YAZAKI.
Analicemos. Cuantas veces ante una fabrica que cierra se ha planteado su estatización, sin medir las consecuencias que ello provoca.
Con Yazaki, vemos una modalidad que se ha ido extendiendo, aprovechando las atomizaciones nacionales del movimiento obrero y la existencia de monedas nacionales que permiten a los gobiernos ajustar los ingresos de los trabajadores.
En cada país se realiza una parte, el resto lo asume en su rompecabezas la empresa. ¿Entonces estatizar que?, una parte?
Además la empresa como tal tiene control de los mercados nacionales, el movimiento obrero , sin programa para abordar este tipo de cosas queda sometido a lo que pueda hacer su Estado nacional.
En la medida que el movimiento obrero internacional no llegue a un programa que lo unifique y le permita defender sus derechos, el empobrecimiento será cada vez mayor.
Por eso la importancia de defender herramientas como la moneda única y universal y que los impuestos se apliquen sobre el giro del dinero, dando muerte a los paraísos fiscales.
Por eso nosotros insistimos tanto en la señal que dio como Presidente uruguayo en la ONU, Mujica en setiembre del 2013; y la reacción fulminante de los “Popes” del capitalismo en abordarlo, seguramente –Mujica nada a dicho- para que no insistiera en ese camino.
Tal vez ahora en que la humanidad necesita en forma urgente reconvertir todo el aparato de la industria de guerra, y volcarlo al desarrollo productivo en beneficio de la humanidad, es que surjan ideas que converjan en este sentido.
Socialismo no es propiedad estatizada, socialismo es la organización de la sociedad para que su aparato productivo sirva al desarrollo de la humanidad. Así lo pensaba, Einstein, Piria, Marx, Batlle….
La lucha obrera supone lo inmediato, pero lo inmediato sin un programa general que abarque la realidad del sistema económico en el que vivimos se hace estéril.
Jorge Aniceto Molinari.
Montevideo, 6 de febrero de 2025.