Columna: Siempre que paró, llovió

Por Salomón Reyes

Director, Guionista, Actor y Productor

“Para enamorarte de una persona, para amarla, no necesitas conocerla. En cambio, si se trata de odiarla, vas a necesitar conocerla, porqué de dónde vas a sacar los elementos y las justificaciones para odiarla”.

Este postulado lo afirmaba un conocido profesor de actuación mientras pedía a los actores, un ejercicio de investigación que indagara sobre el pasado de alguno de los compañeros para detectar cosas turbias que despertaran tu sentimiento de odio. Con las redes sociales está investigación es simple. Basta meterte unos minutos en las cuentas personales de alguien que te interese, para encontrar un motivo o varios que justifiquen tu animadversión contra ella. No importa lo que encuentres, si estás dispuesto a odiar, cualquier dato polémico y contrario a tu ideología o a tus pensamientos, será beneficioso para destilar tu mejor mood de odiador gratuito.

Expresar tu indignación o desacuerdo con una persona en sí mismo no tiene nada de malo pero cuando los odiadores se unen, perciben el miedo de la persona odiada y detectan su fragilidad, surge algo instintivo que los lleva a gozar cuando la ven caer al piso. Como en esas escenas donde el personaje no se cansa de golpear ni de ver sangrar al que yace derrotado. Ese odio irracional mal encaminado, con facilidad se puede convertir en linchamiento, un linchamiento social. Algunos lo llevan mejor o tienen espalda o cinismo suficiente para defenderse pero otros no. Es el caso de la actriz Karla Sofía Gascón que en muy poco tiempo, pasó de ser la actriz revelación de la temporada a la más cancelada. Sigue nominada como Mejor Actriz en el Oscar 2025 y sin embargo ya podemos intuir que no ganará y quizás ni siquiera pueda asistir a la ceremonia si el hype odiador no cesa.

Karla tuvo un pasado como actor varón con el nombre de Carlos Gascón. Hizo carrera en México con algunos papeles en series y películas y que luego, continuó en España en su etapa de persona transgénero. Si la carrera para un actor es difícil imagínemos lo que será para una actriz trangénero. No obstante y a pesar de los obstáculos, el campanazo de Karla al protagonizar Emilia Pérez es un sueño inalcanzable y milagroso para la mayoría de los que se dedican a esto.

Ella no es culpable de las críticas a la película y dudo que haya sobornado a los jurados para obtener los premios y nominaciones que la película sigue y seguirá cosechando, a pesar de la indignación de una buena parte de los mexicanos y otras comunidades que ven a Emilia Pérez como una burla.

Algunos afirman que ella se merece todo el odio que recibe pero esto es discutible porque si hablamos de ejemplos, en la industria hay personalidades mucho más odiosas que ella y sus carreras apenas se han visto afectadas. Lo cierto es que Karla no resultó tan hábil para desactivar el bombardeo que se le venía y en vez de hallar una forma de apagar el fuego, sopló más fuerte para avivarlo. Los odiadores de las redes no dudaron, había que hundirla y lo consiguieron.

Concluir que el odio contra ella es irracional pudiera ser una apreciación subjetiva pero no lo es del todo. Me animé a realizar un test en redes en donde formulé la pregunta, si no nos estabamos pasando con el odio a Karla Sofía, las respuestas fueron apabullantes. Algunos dijeron que hacía falta más odio; que era poco; que deberían quitarle su nominación al Oscar y lo más llamativo, algunos se refirieron a ella como él, sin reconocer su cambio de género y dando a entender que ése, era su principal problema. Algunos, los menos, reconocieron que ya no estábamos pasando dos rayitas de odio.

Esto me hace pensar que siempre será valioso discrepar sobre el valor artístico-creativo de una película, sobre los pensamientos de otra persona, sobre la eficacia actoral de una actriz  pero no creo que sea aceptable usar el teclado de nuestro teléfono para destruir de forma desalmada, la carrera de una persona que tuvo expresiones terribles en el pasado. Tampoco debiéramos olvidar que un día, se podrían intercambiar los papeles y en un click, pasar de ser los odiadores a ser los odiados y por ende los cancelados.

Finalmente es bueno recordar lo que el guionista David Wheeler repetía hasta el cansancio: “Sean amables, sean respetuosos con sus comentarios, a todos nos cuesta mucho trabajo llegar a donde llegamos.”  Esto puede aplicar para la misma Karla Sofía Gascón y para sus odiadores.

Foto

Zamia Fandiño y el actor Carlos Gascón en la película GEIST dirigida por Daniel Däliger. Crédito de photo: Shamdara Films