Durante la gestión del saliente gobierno nacional, el sistema sanitario y, por ende, el sistema integrado nacional de salud (SNIS) sufrió un deterioro que lo padecen quienes son asistidos por ASSE. La inédita pandemia tensó el sistema, como en todo el mundo, y fue relevante la reforma antes realizada y la dedicación y compromiso asumidos por el cuerpo médico y no médico, la UdelaR y otras Instituciones.

Desmantelamiento del nivel primario de atención,  largas esperas para especialistas y/o estudios y análisis, infraestructuras inadecuadas, cierre de Casa de Galicia, contrataciones de ambulancias cargadas de dudas y suspicacias, más el notorio favorecimiento del Círculo Católico, -de donde procedía parte de la cúpula de ASSE-, es la “herencia” que recibe el gobierno entrante que tendrá a la pediatra Cristina Lustemberg en el MSP y a Álvaro Danza en la presidencia del Directorio colegiado del prestador público.

Es por demás obvio que esta situación impactó en el Departamento de Paysandú. Aquí, a los problemas emergentes, -vinculados al desempleo o precarización del mismo-, hay que sumar un alto porcentaje de la población en situación de calle y muchas con consumo problemático de sustancias.

Desmantelamiento

En el periodo anterior, 2019, se cerró la policlínica Mateo Pérez “por las espantosas condiciones edilicias” afectando a trabajadores y usuarios. La misma se reinstalaría en el predio de la Ex Paylana como parte de ese proyecto. En cinco años el gobierno no hizo nada, solo promesas.

En este periodo se cerró Chapicuy, aparentemente, hoy, en arreglo parcial. Fue una policlínica donada por los EE.UU. “Tiene una infraestructura hermosa” dijo a “Soy de esta Tierra”, María Auxiliadora Ferrari de la Comisión Interna de la Red Atención Primaria (RAP). Por falta de “mantenimiento como las demás, se vino abajo”.

Con la policlínica de Quebracho se estuvo 6 meses para que cambiaran 11 tubos quemados. “Si no pueden gestionar tubos de luz, y hay que salir a la prensa, hablar con movimiento de usuarios, ¿vamos a pedir que mantengan las policlínicas? No han invertido un peso.

La policlínica que tiene menos usuarios, atiende 5 mil personas. El P3 tenía 6 mil usuarios. La ultima vez que se arregló P3 fue con el presupuesto participativo de la IDP, antes de la actual gestión que eliminó esta modalidad. Con ese presupuesto se hicieron algunas pequeñas salitas para control de presión y controles pediátricos.

Similar proceso tuvo la policlínica Artigas, ganando un presupuesto participativo en el 2008. En el periodo anterior se hizo la policlínica Nueva York (detrás de la capillita de Fátima) que estaba espantosa; pero se vino a pique. Hay robos, etc. Cerrar P3 complicó a mucha gente, que a veces no tiene como desplazarse a otra. Muchas veces las policlínicas las mantienen los propios trabajadores. Los vecinos se han movilizado.

Tras el cierre del P3 se distribuyó el personal y los vecinos optan por ir a la de Nuevo Paysandú, Barrio Norte o Covife. Esta “debería estar cerrada por que está peor que P 3”.

En la última bipartida con autoridades el 4 de noviembre solicitaron la renuncia del equipo de gestión de la RAP. En la bipartita, dice Ferrari, decían una cosa y hacían otra. La directora de la RAP dijo que la plata para reparar P 3 “estaba” pero cuestiones burocráticas hacen que el dinero quedara corto.

Inestabilidad en la cabeza

Faltan recursos humanos. La RAP tiene 68 mil usuarios, de esa cifra, 10 mil son de Guichón. Desde Paysandú se atiende la ciudad, rutas 3 y 26. La 90 corresponde a Guichón.

Paysandú y las rutas que cubre se atienden con 166 funcionarios; la cifra incluye equipo de gestión, médicos y no médicos. “Eso hace que se acumulen licencias y se vulneren derechos laborales”, dijo la dirigente de la RAP. Hay un problema de prioridades, a juicio de la FFSP. Por ejemplo, la RAP tiene una sola nutricionista, una sola psicóloga, dos asistentes sociales, pero ASSE central optó por presupuestar cargos políticos entre ellos el adjunto de dirección del Hospital, Ramón Dávila Collazo, siendo que el Hospital ya cuenta con abogado.  No hay dinero para especialistas.

La RAP local trasmitió permanentemente una sensación de inestabilidad. En el periodo que fenece pasaron cuatro directoras: Lourdes Suárez, ex alcalde de Guichón; José Flores; Paola Sención y Claudia Buenaventura. Nunca se explicitaron los motivos de los ceses o renuncia.

Los trabajadores aspiran que el nuevo gobierno le “meta pienso” al primer nivel, siempre excluido. La gente siempre va al primer nivel. Ferrari dice que “todos se sacan cartel. Nadie le ha dado el nivel que corresponde”. Hay que propiciar una atención integral. ASSE deja 5.5 millones de dólares en deudas nacionales y el nuevo presupuesto estará en función desde el 1 de enero del 2026.

Las plantas físicas, especialidades

Para la FFSP una de las prioridades es mejorar las plantas físicas o construir nuevas estructuras.

En policlínica Artigas, independientemente del estado climático, la medicación se entrega en ventanilla que da a la calle en condiciones inaceptables, sin resguardos, bancos para sentarse, etc. Adultos mayores, embarazadas, altas temperaturas, colas…. Hubo un momento que en cartelera se ponía la inexistencia de algún medicamento para evitar perdida de tiempo de la gente. Hay medicación que se compra poca.

Es imprescindible que cada policlínica tenga todas las especialidades, no que haya que deambular por cada una de ellas para, además, recibir una atención fragmentada.

Sería fundamental un movimiento de usuario más potente. Por otra parte, la flota de vehículos está en mal estado.

La presupuestación, de último momento, para algunos funcionarios, por diversos factores, puede implicar perdida salarial, aunque se gane en estabilidad.

En las policlínicas, las solicitudes son presenciales, aunque en alguna no funciona ni el teléfono ni existe personal administrativo. “Se descentralizó atención sin recursos humanos. Si soy vacunadora no puedo atender el teléfono. Hay que incorporar administrativos”, resalta Ferrari.

Los trabajadores entienden que la diferencia con los prestadores privados es la hotelería; los médicos son los mismos. En aquellos además de la cuota, pagas una diversidad de ticket.

Saliendo de la ciudad, observamos que la ruralidad está afectada, no obstante escuchar que el gobierno saliente era campero.  La policlínica de Casa Blanca funciona en complementariedad con Comepa. Aunque “no hay convenio firmado y así no se puede exigir nada a la contraparte” recuerda Ferrari. Allí se le hizo un lavado de cara, a cargo de ASSE; algo similar pasa en Chapicuy.  La complementariedad, por la vía de los hechos, insume más recursos a ASSE.

Más allá de revisar el SNIS, los trabajadores, en lo local, estarán encima de los tres diputados departamentales, “particularmente de Juan Gorosterrazú que conoce el tema y fue director Departamental de salud y del Hospital de Guichón”. Además, es oficialista.

Policlínicas urbanas

Artigas 

Nuevo Paysandú 

Nueva York 

Chaplin 

Covife

P3

Barrio Norte 

Puerto 

Municipalidad 2

Santa Mónica 

El techo

 

Rurales

Porvenir 

Casa blanca

Quebracho.

Constancia 

Chapicuy 

Gallinal

Cerro Chato

 

Piedras Coloradas 

Orgoroso

Morató

Merinos

Piñera

Arbolito 

Arroyo negro se va  de gira.