Cuando los pobres uruguayos salen campeones del mundo
Casi todos son pobres estos gurises campeones. Sin embargo, hasta los que dicen que son vagos, haraganes o viven de los dineros públicos, salieron a festejar. La hipocresía tiene oscuras metas sensibleras.
Pero los pobres dieron el ejemplo. Colectas para que algunos padres pudieran estar con sus muchachos en La Plata, historias de familias humildes de hijos con sueños, jóvenes que lo primero que piensan es comprar una casa para sus esforzados padres.
Ya son héroes en este pueblo futbolero, pero por suerte, para ellos, supieron patear una pelota. Es su forma de zafar de la discriminación, de la exclusión. Por suerte supieron patear una pelota, sino seguirían siendo números miserables que gente prejuiciosa y miedosa, desprecia.
Miguel Olivera Prietto