En esta nota, dejo parte de mi intervención en la charla-conferencia Salto Grande Frontera, Desarrollo y Energía organizada por el Comité de Base Hospital del Frente Amplio de Salto, en la que tuve el honor de ser parte de la Mesa junto a Ing. Gabriel Rodríguez y Andrés de la Iglesia, Presidente y secretario de la Delegación Uruguaya durante los Gobiernos del Frente Amplio. Fue muy oportuno intercambiar con los presentes sobre la realidad de los organismos binacionales y sus perspectivas en un nuevo gobierno del Frente Amplio.

Es destacable la importancia que tiene para la calidad de la democracia que los Comité de Base, el primer espacio de convivencia que tenemos los frenteamplistas organice este tipo de actividades que pongan el foco en las problemáticas que deberá enfrentar el próximo gobierno.

Los Organismos Internacionales – Binacionales

Existe un cuerpo normativo acordado con Argentina y ratificado por ley que se debe respetar, pero los organismos tienen autonomía para regular su funcionamiento interno.

A los Delegados ante los organismos internacionales los designa el Presidente junto al Canciller, que son los responsables políticos en Uruguay y es a quienes deben reportar. Deben obedecer el mandato, que se supone es velar por los intereses de Uruguay y no por los partidarios y mucho menos por los personales. Una de las razones por las que siempre hubo representantes de la oposición en las Delegaciones.

Cada Organismo tiene sus cometidos y sus particularidades, se lo otorgan los Estados en los acuerdos iniciales y en otros posteriores. Por ejemplo, CARU no tenía competencia en el dragado hasta que en 2011, los Presidentes Mujica y Cristina Fernández le encomendaron hacerse cargo del dragado desde el Kilómetro cero hasta el Puerto de Paysandú.

La actividad de CARU

Andrés y Gabriel profundizan sobre la actividad en CTM de SG, por lo que relato algunos aspectos de la experiencia en CARU.

Oportunamente trazamos cuatro líneas estratégicas de desarrollo del trabajo, una interna, asociada a la mejora de la organización institucional y tres que complementaban lo que desde el gobierno uruguayo y especialmente desde los territorios se planteaba: integración, desarrollo y cuidado ambiental. Algunas de las actividades tenían que ver con más de una, para mayor claridad ejemplifico.

Se dragó hasta Paysandú, pero se complementó y quedó pronto un proyecto con el dinero reservado para mejorar las condiciones de navegación hasta Salto, faltaba la autorización de los Estados para ejecutarlo. También se cumplió con el mandato de los países y se entregó a fines de 2018 un estudio de viabilidad del puente Bella Unión-Monte Caseros, que contaba con proyecto ejecutivo y proyecto de pliego de licitación internacional para su construcción.

El dragado y el puente son ejemplos de obras de infraestructura que facilitan y fortalecen la integración, pero también generan condiciones para el desarrollo.

Se compró un sistema de peajes que permite el cobro automático eliminando el manejo de efectivo facilitando la circulación y simplificando la burocracia interna, lo que permitiría destinar esos recursos para otras cuestiones más importantes como el cuidado del recurso ictícola.

La promoción de la pesca deportiva va en la línea de fomentar actividades vinculadas a la dimensión económica del turismo, pero también colabora con los procesos de integración.

Es deber de CARU reglamentarla. A iniciativa de la Delegación Uruguaya en CTM se ajustó la normativa que regula la pesca en las inmediaciones de la represa, ampliando por razones ambientales y de seguridad la zona de exclusión. Lamentablemente hoy no se cumple y vemos pescadores apoyados en la propia represa con los riesgos que implica.

La promoción del consumo de pescado de río, se asocia con fomentar la aparición de emprendedores, pescadores y del área gastronómica, que requieren el compromiso de todos con un río sano que permita comer sus peces.

Sobre el cuidado ambiental se comenzó y avanzó en el monitoreo del río en la zona de influencia de la planta de Botnia y la desembocadura del río Gualeguaychú y en la propia planta y se avanzó hacia el monitoreo de calidad de aguas de todo el río con énfasis frente a Salto y Concordia, la zona urbanizada más grande de todo el tramo compartido. Lamentablemente la última publicación de datos fue a comienzos de 2020.

El monitoreo ambiental sirve para controlar y tomar decisiones, si no se ven los resultados no sirve para mucho.

En ese sentido, quedó un proyecto ejecutivo y los fondos necesarios para la construcción y puesta en marcha del Laboratorio Ambiental Binacional en la localidad de Fray Bentos, que acordaran oportunamente Tabaré y Macri. El proyecto arquitectónico se definió mediante un concurso binacional que ganó un equipo uruguayo entre casi cien propuestas.

De forma incomprensible, fue dejado de lado. No se entendió ni la trascendencia de cuidar la calidad del agua del río ni la importancia estratégica, incluso en términos de soberanía, de contar en Uruguay con un laboratorio que pueda ser referencia internacional.

Realidad actual

Varios de estos temas fueron convenidos formalmente entre CTM y CARU, otros poniendo el interés del país y la región en primer lugar se acordó entre las delegaciones uruguayas, por ejemplo analizar las posibilidades reales de concretar el pasaje de barcos por la represa. Hoy no vemos ninguna articulación entre ellas, incluso por la información que manejamos existe una mala relación que anuló el diálogo. Es imperdonable.

A partir de los antecedentes y con la intención de evitar caer en lo mismo surgen algunas críticas. En primer lugar, la discontinuidad sin más de algunas acciones que tienen que ver con los procesos que sin ninguna duda le interesan al Uruguay, y que van desde cuestiones grandes como el laboratorio o la publicación de datos sobre la calidad de agua del río hasta otras que podrían ser clasificadas como menores como la discontinuidad de las aplicaciones vinculadas al turismo y a la promoción de la flora autóctona.

Muchas fueron dejadas de lado sin más, nunca sabremos si porque venían de otras administraciones o porque no hubo capacidad de entender la importancia de las mismas en términos de atender los intereses del país.

La inexistencia de transición, ni interés por mantener algún diálogo con la Delegación saliente, ni de integrar a la oposición, el cese de los asesores uruguayos de CARU, más alguna persecución, marca una intencionalidad política.

Desafíos

Son asuntos importantes que no se votan directamente, pero que se definen el próximo 27 de octubre. Se vota por candidatos y candidatas a la Presidencia y Vicepresidencia, a las Cámaras de Senadores y Representantes, pero también se elige el rumbo del próximo gobierno y los métodos de trabajo, se definen la integración de equipos humanos, políticos y técnicos que llevarán adelante esas líneas programáticas. Sin dudas no hay margen para la improvisación.

Arq. Rogelio Texeira

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