*Por Juan Andrés Pardo

La inauguración de las obras de remodelación y mejoras en el Estadio Artigas a realizarse por estos días -hoy- confirman la existente voluntad por parte de la Intendencia de querer potenciar a la ciudad como un destino con infraestructuras de calidad donde poder realizar y llevar a cabo eventos de diversa índole.

Éste es un nuevo hito que se suma a otras importantes obras que se han realizado en este periodo como la remodelación del Estadio 8 de junio (donde ya se han desarrollado eventos de importante trascendencia deportiva) y las notables mejoras en infraestructuras en Termas de Guaviyú, donde la Intendencia ha invertido en nuevas piscinas, renovación de baños, auditorio, sistema de calentamiento de agua. Pero donde además, a partir de convenio con UTU, se han renovado varios de los alojamientos (antes administrados por la IDP) e inaugurado un nuevo Parador gastronómico, con el objetivo de mejorar la calidad de dichos servicios. 

Volviendo a la ciudad, aquí contamos también con un maravilloso Teatro Florencio Sánchez (Monumento Histórico Nacional) y también se debe apuntar a que durante la administración anterior se renovó completamente la antigua sala Astor (Espacio Cultural Gobbi) y se inauguró la nueva Biblioteca, innovador espacio que cuenta con salas de conferencia y otras salas aggiornadas a lo que hoy demandan este tipo de instalaciones en el mundo contemporáneo.

Podríamos decir, haciendo uso de lenguaje futbolero que, entre lo público y lo privado, ahora quizás sea el momento más apropiado para que sean los operadores privados los que deben “mover un poco más la pelota”. Durante décadas desde dicho sector se ha reclamado al Estado poner especial atención en generar (o mejorar) las infraestructuras de uso turístico e impulsar actividades que generen la circulación de público por la ciudad. En este sentido, en los dos últimos períodos (aún con signos políticos distintos) no se puede negar que -en mayor o menor grado- se han realizado buenos esfuerzos pero desde lo privado no estamos tan seguros que podamos decir lo mismo.

Es verdad que también debe haber una planificación estratégica del turismo, sector que debe pensarse con una mirada que vaya más allá de los cinco años que dura una gestión.

Y si bien no queremos caer en lo reiterativo (porque ya hemos planteado este aspecto del turismo en anteriores columnas), quién debe liderar esa planificación debe ser el gobierno departamental y quizás no solo desde la Dirección de Turismo, sino también sumando a otras direcciones o referentes técnicos de otras áreas.

En lo que refiere específicamente a “Turismo de Congresos y Eventos”, podría pensarse por ejemplo en el diseño de un equipo técnico dedicado a la elaboración de propuestas o al menos comenzar por elaborar un Dossier con el cual salir a ofrecer a Paysandú como Destino de eventos. 

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