Escribe Eduardo Rodríguez
Pocas horas antes de la publicación de esta nota, el único programa para el gobierno departamental de Paysandú 2025-2030 que aparecía en el sitio web de la Corte Electoral es el que propone la Unidad Popular-Frente de Trabajadores (UP-FT), cuyo candidato a intendente es Martin Andrada. Evidentemente, la postulación responde más al cumplimiento de una formalidad que a la aspiración real de la organización. De hecho, el documento titulado “Construyendo Participación”, definido como un “compendio de las principales iniciativas que la fuerza política asume como propias y marcan visión política sobre la situación económica y social del Departamento”, expresa: “Apelamos al voto popular para tener el derecho a acceder una Banca en el Legislativo Comunal. Con mucha humildad, conscientes de nuestras reales limitaciones, siempre firmes en nuestras convicciones democráticas y con el compromiso de cumplir con las expectativas que genera nuestra propuesta”.
El desafío parece difícil, en las elecciones nacionales de octubre del año pasado el lema reunió poco más de 400 votos y en las departamentales de 2020 fueron 365. Para conseguir la representación anhelada, la adhesión debería multiplicarse, aproximadamente, una decena de veces.
El contexto
La coalición denuncia “que la situación económica del Departamento ha sufrido un largo proceso de deterioro a lo largo de las últimas décadas. La producción industrial, orgullo de nuestra sociedad, ha ido sufriendo una contradicción lenta y continua a través de un largo proceso inducido por factores tanto internos como externos”. Agregan que la “sistemática destrucción de la industria local ha impactado significativamente en nuestra sociedad en su conjunto”, golpeando “transversalmente” a “todas las capas sociales del nuestro Departamento”. Este escenario redunda en el “aumento sostenido de las necesidades insatisfechas de nuestro Pueblo, intensificando la marginalidad en la población”. Señalan que las actividades productivas que han aparecido en los últimos años, caso de la forestación, no han sido capaces de generar todas las oportunidades laborales que se necesitan y señalan como “una clara contradicción” las “prebendas” que los sucesivos gobiernos han entregado a las empresas multinacionales que impulsan esas actividades “en desmedro de la Recaudación Fiscal tan necesaria para fines sociales”.
Hablan de políticas que “promuevan la creación de pequeñas y medianas empresas que generan valor agregado y favorezcan opciones laborales para nuestra gente, en particular para nuestros jóvenes” y aportan que los emprendimientos de ese porte “generan el 80% de los puestos laborales”.
Lamentan el proceso de “deterioro de la imagen pública” de la Junta Departamental, escenario de “pasaje de facturas” entre ediles blancos y frenteamplistas en una actitud que revela la defensa de “mezquinos intereses partidarios” más que el abordaje de los problemas que agobian a los sanduceros. La UP-FT quiere llegar allí para levantar la bandera de Paysandú “como su único estandarte”.
“Principales Áreas Estratégicas”
Comprometen que “el vecino pueda conocer oportunamente los gastos e inversiones que la Administración va ejecutando” para lo cual, por ejemplo, se apelará a instancias de participación presencial y “al uso de herramientas tecnológicas”. Reivindican la jerarquización del trabajador municipal y afirman que los ingresos deben será vía concursos o sorteos, estableciéndose un “sistema de retribución por productividad y eficiencia en el manejo de los recursos y cumplimiento de indicadores y metas”. “Para UP-FT el Desarrollo Sostenible y Sustentable es el único instrumento válido e idóneo para impulsar el progreso económico y social de nuestra sociedad” y se atribuyen responsabilidades al gobierno local en materia de la preservación del ambiente, lo que remite, sin mención directa, a la polémica por la posible instalación de una planta de combustible sintético en la zona de Constancia.
Anuncian la promoción de “ferias, exposiciones y cualquier otra actividad” que implique oportunidades para las localidades del interior, con énfasis en “la producción de origen artesanal, gastronómico, etc. De esta manera será posible generar una mayor actividad económica a través de la venta de productos locales y el fomento del turismo”.
Asumiendo que “el marcado laboral está en constante transformación” y la necesidad de “trabajo genuino”, comprometen gestiones con los organismos públicos que regulan la educación en sus diversas ramas para que se incrementen las oportunidades de formación “que permita una mejora inserción laboral y cubra una eventual demanda del mercado”. Reivindican el apoyo del Estado departamental para áreas tales como la agroindustria, el sector tecnológico, las actividades de investigación y la agroecología.
En materia de infraestructura, reconocen la necesidad de generar soluciones de fondo a la “deteriorada” vialidad urbana y los caminos rurales. Plantean la incorporación de una planta que elabore prefabricados de hormigón, caso de adoquines, en la que se emplearía cemento portland de ANCAP, para potenciar esa industria. Después de reconocer que la comuna debe contar con un sistema que transparente los costos de sus obras y proponer formas de gestión que aseguren eficiencia para todas las tareas de incidencia departamental, plantean la necesidad de mejorar y aumentar los espacios verdes.
En materia de descentralización, reivindican la necesidad de dotar a los Municipios de los recursos suficientes para su operativa, trascendiendo la voluntad política del gobernante. “Los sanduceros nos merecemos un gobierno departamental que nos comprometa a avanzar en paz, en defensa del trabajo y que el trabajo sea el sostén de una sociedad más justa y solidaria”, reza la frase que cierra el documento de 25 páginas que exhorta a “un voto de compromiso, un voto de confianza”.