CLAUDIO FACCHIN  TELLO. TEC ADM EMPRESAS

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 El aislamiento de la pandemia

En estos años, más de dos con la pandemia presente, nos encerramos, alejamos, no salíamos, aquello de las burbujas, se habían terminado los saludos, abrazos, besos, reuniones familiares, cumpleaños, casamientos, eventos. No saludábamos porque no sabíamos, o no lo conocíamos a quien estaba debajo de la máscara facial o tapabocas. Dejamos se ser efusivos, cariñosos, alegres, solidarios, sociales y gregarios.

Fue todo un caos, no estábamos preparados para vivir aislados. En ese tiempo surgieron las clases virtuales, por zoom, los grupos de whatsapp, los besos, saludos y festejos de cumple, por video llamada. Todo virtual, sin contacto físico.

La vida como emigrantes

Por esas vueltas de la vida, situación económica de Uruguay, dictadura, sueldos congelados, malaria económica, nos fuimos a vivir a Argentina.

Corría el año 1974 y como cientos de miles de uruguayos emigramos, con mis padres y hermanos a San Nicolás, provincia de Buenos Aires. A unos 400 kilómetros de Paysandú.

Comenzamos nuestro periplo como emigrantes. Conseguir nuevos trabajos por parte de mis padres Hiber y Ana. Alquilar casa, comprar muebles. Comenzaba nuestra vida en un país que no era el nuestro.

Encontrar escuela para mi hermano Alejandro, como para mí, y un jardín de infantes para mi hermano Luis Marcel, el menor de todos en ese momento fue todo un desafío, y un día a día de tenacidad y perseverancia, por parte de mi madre.

Fuimos varios días seguidos con mi madre, y algunas veces bajo lluvia torrencial a buscar que nos anotaran en una escuela, que estaba dentro del radio donde vivíamos.

No nos querían anotar en la escuela por ser extranjeros

La directora nos argumentaba que no podía tomar extranjeros, que no nos correspondía ese barrio (y estábamos a solo siete cuadras de la escuela). Tanto rezó mi madre, y tantas veces fuimos a la escuela 4 Gral. Manuel Estrada, que la Directora accedió a tomar extranjeros para que pudieran estudiar.

Ya estaba adelantado marzo de 1974 y pudimos entrar a la escuela como uruguayos y con cédula de nuestro país, porque nadie tenía papeles argentinos.

Los puntos se unen siempre hacia adelante, y en este caso esa escuela primaria realizada en Argentina, es el puntapié de esta nota sobre la amistad.

EL Whatsapp y la pandemia nos unieron

El 20 de abril del año 2020, a un mes de inicio de la Pandemia   decidimos con un amigo que siempre mantuve los vínculos de amistad, Nicolas Barbarito, salir a buscar a los compañeros y amigos de la infancia, aquellos que habían ido a la escuela. Al principio teníamos contacto con apenas unos cinco. Buscábamos una quimera. Algo imposible. Hoy somos 31 los integrantes del grupo que hemos denominado Amigos Eternos.

Los que viven en San Nicolas y en Ramallo, ciudades muy cercanas comenzaron a dejar la virtualidad y a juntarse. Primero fueron cinco, luego se fueron sumando más compañeros, y posteriormente se integraron las parejas de los compañeros y amigos. Hoy se contagió el grupo de una amistad sincera y perdurable en el tiempo.

Uno ofreció su casa, se sumaron más, en la otra juntada ya había tres casas que ofrecieron como lugares de reunión, llegaron las parejas de los compañeros y amigos de la primaria. Hoy se han realizado ocho encuentros.

Hay compañeros de San Nicolas, Ramallo, Entre Ríos, Chile y Paysandú Uruguay.

Precisamente en Ramallo a través de gestiones de Cristina Tolosa y su esposo Darío, alquilamos un apartamento con una espectacular vista al rio Paraná, ya que precisamente en Ramallo fue la primera juntada con los uruguayos.

Pasaron 45 años desde que terminamos la escuela Primaria

Fue en los años ´77 y ´78 porque hubo dos generaciones que se sumaron a este grupo de amigos eternos, por diferentes circunstancias habiendo sido la única excusa, el ser alumno de la Escuela 4 de San Nicolas, haber estado en la escuela  primaria y que hayan sido amigos o compañeros, por lo menos con un integrante del grupo. Cuarenta y cinco años pasaron después de haber terminado la escuela primaria.

Cuarenta y cinco años, con parejas, casamientos, divorcios, hijos, malos momentos, buenos momentos, enfermedades, perdidas familiares, desempleo, empresas que funcionaron, otras cerraron. En cuarenta y cinco años pasa la vida, y vuelve a pasar y a pasar por todos los aspectos. Es este grupo de compañeros y amigos que se vienen juntando post pandemia, y han realizado ocho encuentros.

El grupo nos reclama ir a San Nicolás

Como creador del grupo debíamos estar presentes, y no virtualmente. El grupo nos reclama una y otra vez que fuéramos a San Nicolás. Había que dejar la virtualidad, arreglar la logística que implica un viaje, desde licencias, días libres, conseguir plata. Fijamos con mi pareja Laura unas vacaciones en San Nicolás. El esfuerzo y el volver a vernos nos motivaba para sortear todo lo que implica un viaje internacional y poder estar en San Nicolás.

En lo personal he estado unas diez veces, más el período de cuatro años que viví en esa ciudad.

Nuestros compañeros y amigos comenzaron a preguntar cuando íbamos, cuantos días, que queríamos hacer. Ante tanta insistencia de cuando eran nuestras vacaciones en San Nicolás, comenzaron a decirnos “te esperamos uruguayo, venite uruguayo, te vamos a acompañar,  vamos a salir juntos, anímate y vengan”. Y fuimos. Vimos gente que hacía 45 años no veíamos, desde 1977 al terminar la escuela primaria.

Vayan y vean la fuerza de la amistad

Me lo dijo mi madre Ana María, antes de irnos. Vayan, vean y comprueban la fuerza de la amistad. Y resultó un presagio muy sabio.

Estuvimos ocho días, siempre acompañados, paseando, con compañeros que hicieron de anfitriones, guías, cocineros, choferes, remiseros, buscadores de alojamiento, fotógrafos tarjetas para el ómnibus local, prestadores de equipos de mate, acompañantes al santuario de la Virgen María, al Ecoparque, al centro, al teatro, a un boliche, a la municipalidad, regalos sinceros y de corazón, invitarnos a comer, desayunar cinco horas antes de venirnos.

Fuimos a la Escuela

Volver a la Escuela después de 45 años. Habíamos acordado con permiso previo, una vuelta a la escuela primaria. Que placer. Recorrer el patio, el salón de actos, sentarnos en aquellos bancos que estaban en un corredor, recordar viejas anécdotas, acordarse de los que estaban siempre en penitencia debajo de la campana. Firmamos un pergamino, agradecimos a la Directora y Secretaria esos 40 minutos de volver a la escuela. Es de ley decir que fuimos doce personas que nos juntamos un miércoles a las 14 horas, hora totalmente impropia para aquellos que trabajan. Por último, entregué una bandera uruguaya, en agradecimiento al haber sido educado como extranjero durante cuatro años en una escuela argentina.

Bailes, cantarolas y canción de los amigos

Dentro del grupo donde somos más de treinta personas de ex alumnos de la escuela primaria, hay un cantante Sergio Rivero, quien nos hizo una canción para este grupo de amigos eternos.

Dos encuentros con cantarola, karaoke y baile estuvo incluido en este reencuentro de amigos eternos, que a la mayoría no lo veíamos desde hace 45 años.

Nos faltaron días para seguir paseando, compartiendo y profundizar en esta hermosa amistad que se ha mantenido viva, llena de alegría, confraternización, amor, cariño y gestos de mano y abrazos intensos e interminables, para darle gozo eterno a nuestros corazones.

Fuimos y vimos la fuerza de los amigos

No hay edad para la amistad. No hay tiempo, no pasan los años, aunque los amigos no se vean y no se encuentren. La verdad que, agradecido eternamente por los afectos recibidos, y todos los gestos de amistad entre personas de Uruguay y Argentina, que no se veían desde hace 45 años

Salud Amigos Eternos. Y quiera Dios que estos ejemplos de amistad se multipliquen en cada lugar donde haya amistades, sanas, sinceras y fraternas. El tiempo no pesa, los años tampoco, las circunstancias van y vienen y cuando se dan los encuentros y los reencuentros, resurge la amistad, como el ave fénix resurgiendo de las cenizas.

Amigos son los Amigos y no hay edad, ni lugar, ni tiempo para frenar la ola del disfrute de una buena amistad.

Fuimos y vimos la fuerza de la amistad, sabias palabras de mi madre.

Es impagable juntarse con amigos y compañeros de la escuela Primaria, después de no verlos por 45 años. Salud hermanos argentinos!!

 

 

 

 

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